Ella
Vino Para Tener Un Aborto
¿Que Le Va A Decir Usted?
Por
Rebecca Walker
Ya
que has venido a ésta oficina para tener un aborto, espero que hayas pensado lo
que vas a hacer. Por eso, espero que no escuches estas palabras como si fueran
condescendientes sino al contrario, espero que te den el valor de ver que el aborto
puede ser un acto de rebelión y de emancipación. Es un acto a través del cual
te puedes aseverar; uno que te permite sentirte mas vinculada con otras mujeres
alrededor del mundo. Indiscutiblemente es un procedimiento quirúrgico con una
misión.
Espero que no te ofenda el que yo vea al
aborto en una forma positiva pero, en vista del papel que ejerció en mi propia
vida, no cuento con otra alternativa. Cuando yo tenía catorce años, me enamoré
locamente de un muchacho que vivía cerca. El fue mi primer amante y pasamos muchos
días y noches rodando de un lado para otro, experimentando y generalmente divirtiéndonos
mucho por toda mi pequeña recámara. Aún cuando yo tomaba la pastilla, una vez
no me vino mi periodo y pronto me vi a mi misma al pié de la cama de mi mamá diciéndole
que estaba embarazada. Dos semanas después mi pequeña familia y yo estabamos en
la oficina del doctor. Me acuerdo que estaba preocupada que el doctor quien era
blanco fuera un racista y tratara de esterilizarme. Cuando se terminó el procedimiento,
el cual fue relativamente fácil y sin dolor, nos fuimos al cine.
Hoy
tu tendrás un aborto seguro y legal. Esa es la parte mas fácil. Lo que pasa después
del aborto es la parte crucial. Espero que después del aborto te pase a ti también
lo que me sucedió a mí; que empieces a entender lo que significaría el tener un
poco o ningún control sobre tu cuerpo o tu vida. Que comiences a pensar, tal y
como lo hice yo, acerca de lo que se te hubiera vedado si es que te hubieras visto
forzada a tener un niño que no deseabas, el no tener control, el no poder dirigir
o regular nuestra propia vida. Eso es precisamente la experiencia que muchas mujeres
en este país están viviendo y en el resto del mundo lo viven 9 de cada 10 mujeres.
Eso quizás sea porque el aborto es ilegal, económicamente inaccesible o porque
se rechazada culturalmente. Muchas mujeres sufren al verse obligadas a parir sin
ninguna tipo de ayuda o intervención en su favor. Cuando una mujer se pasa toda
la vida criando tres, cinco, diez ó quince hijos, el poder de escoger ya no le
pertenece.
En los meses y años subsiguientes a mi
aborto, nunca he sentido, ni tan siquiera una sola vez el remordimiento, la culpabilidad
o el mas mínimo deseo de haber tenido el hijo que pude haber tenido. No me he
sentido deprimida ni me he considerado a mi misma como una asesina. En lugar de
eso me he sentido agradecida. Agradecida con mi madre por haber pagado y por haberme
acompañado durante todo el procedimiento; me siento agradecida con todas las mujeres
que mucho han luchado para hacer que el aborto sea legal, seguro y que éste sea
un derecho de la mujer.
Hoy tu reclamarás ése derecho.
Mi esperanza está en que después de que tengas tu aborto, te comprometas de alguna
forma y en cualquier parte de tu vida a fortalecer a otras para que ellas puedan
reclamar su propio derecho. Al hacer esto, forjarás un vínculo con mujeres de
todas partes. Unirás lo más singular en ti lo personal con lo muy importante,
la política y así empezaras a darte cuenta de tu propio poder.
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reprinted with permission from Rebecca Walker, copyright 1992.
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Es
mi vida, mi cuerpo, mi decisión.
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